miércoles, 7 de julio de 2010

MEXICANO=GROSERO

¡Pues sí! las groserías son parte de la cultura mexicana. El mexicano “no tiene pelos en la lengua”, es grosero por naturaleza y además lo acepta sin tapujos, se realizó una encuesta por Consulta Mitofsky titulado “El mexicano y las groserías”, en dicho trabajo se revela que en el país, integrado por tantas personas, se dicen cerca de mil 350 millones de “malas palabras” al día, argumento que sustenta la teoría de que en México las personas son “muy malhabladas”. De acuerdo con la definición del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, ser malhablado significa utilizar palabras o expresiones altisonantes al hablar. Y en resumen estos son los resultados:

57% no dice malas palabras o lo hace de manera ocasional

18.5 % es malhablado pero no en exceso

19% son algo común en su vida cotidiana

"MÁS GROSERAS O MÁS GROSEROS". De acuerdo con las declaraciones de los entrevistados, los hombres son más impropios al expresarse que las mujeres, pues el 21 % de las personas del sexo masculino confiesan ser muy groseros y sólo 17% de ellas lo hace.

"ENTRE MÁS JÓVENES, MÁS GROSEROS".Otro dato curioso es que Los jóvenes entre los 18 y 29 años de edad son quienes utilizan más groserías en su forma de hablar.

"DIME DE DÓNDE ERES....". En cuanto a la ubicación geográfica, los mexicanos que usan más términos altisonantes habitan en la región norte y central del país. Ellos son precedidos por los habitantes del sureste, en donde se ubica el estado de Veracruz, el cual tiene la mala fama de tener una población caracterizada por su lenguaje mocho y florido, tan común en el municipio de Alvarado. Las personas más correctas para hablar son aquellas que viven en la zona del Bajío, en estados como Jalisco y Colima, en especial quienes rebasan los cincuenta años de edad.

"¡NIÑO GROSERO!". Cabe mencionar que este estudio no contempla a los niños ni adolescentes, un grupo poblacional acostumbrado a estas expresiones, capaces de causar la alarma de unos y la aceptación de otros.

"¡ APA BOQUITA!". Respecto a la clasificación por situación socio económica, aquellos pertenecientes a la reducida clase alta dice ser menos groseros que el resto de los mexicanos, ya que sólo 17.3 por ciento acepta ser “malhablado”. Mientras que este panorama pinta casi parejo entre la clase media y baja, quienes tienen un porcentaje de 19.2 y 19.5 respectivamente. Quienes se califican a sí mismos como poco mal hablados declaran pronunciar un promedio de 9 groserías al día, los que se ubican en un aspecto medio incrementan el uso de estos términos a 31. Y por su parte, aquellos que se conciben como muy groseros aceptan decir cerca de 42 groserías diarias. Es importante mencionar que sólo el 15 % de los ciudadanos del país declaran no necesitar ninguna palabra altisonante para expresarse a lo largo del día. Mientras que en promedio, el 68 por ciento de la población asegura usar cerca de 20 groserías diarias y únicamente un 17 por ciento rebasa ese límite, y llega a emplear hasta 42.

"¿PALABROTAS? ¡SÓLO CON MIS CUATES!". Los mexicanos reconocen que son groseros de acuerdo al lugar y las personas con quienes convivan en ese momento, el 63 % de los entrevistados refiere que las reuniones con los amigos son la ocasión perfecta para exhibir su lenguaje florido. Un 36 % dice que el trabajo es un sitio ideal para las groserías y un 34% se siente tan en confianza con su pareja que la considera la persona indicada para escuchar sus “palabrotas”. Por otro lado, es delante de los jefes o progenitores, principales figuras de autoridad dentro de la cultura mexicana; cuando las personas utilizan el vocabulario más propio y educado que conocen, pues se confiesan inhibidos ante ellos. Empero, mientras las mujeres tienen mayor apertura a decir groserías delante de sus padres que de sus jefes, los hombres actúan a la inversa, es decir no son tan cuidadosos a la hora de entablar una conversación con su superior. El cambio de comportamiento más importante es detectado en los jóvenes, quienes delante de sus “cuates” confiesan no tener pena al utilizar términos altisonantes, mientras que con sus padres actúan de manera contraria. Ellos confiesan que su incongruente actuación responde a la incapacidad de sus familiares para tolerar su manera de hablar debido al fuerte cambio generacional existente entre ellos.

Cada quien interpreta el concepto de grosería como más le conviene, es decir, su significado varía de acuerdo con la persona, el contexto y la educación recibida dentro del núcleo familiar. Ante tal panorama, los expertos recomiendan no alarmarse frente al uso de estas palabras y aceptarlas como parte de la cultura popular mexicana, las cuales algún día serán aceptadas en los diccionarios de los diferentes países de habla hispana.

9 comentarios:

Tuffy_84 dijo...

Pues la verdad son muy desagradables las personas que se expresan con graserías, hay cada peladito que dices ¡Por Dios! Si existen

Gebusca dijo...

Si es cierto esas son chingaderas, que se acaben los pinches leperos. Buen día.

Gil dijo...

El respeto al derecho ajeno es la paz. El mexicano por idiosincrancia es mal hablado y alburero, hay a quien le pueda gustar y a quien no, lo que si es cierto es que hay gente que dice caca y te causa gracia, pero hay otra que dica caca y hasta apesta.

Eduardo B. dijo...

En primera, es muuuy subjetiva la encuesta porque nadie sabe a ciencia cierta cuentas groserias dice al día, seguramente voy a estar contándolas por si mitofsky viene y me pregunta.

Por otro lado, muy cierto lo que dice Gil, depende quien las diga y como las diga pueden ser graciosas y detestables.

Saludos.

Dr. Gutierrez dijo...

Yo estoy en contra del mal uso del leguaje, me molesta que la gente se exprese con groserías existiendo tantas palabras en nuestro vocabulario

Offderek dijo...

ooooooooo

Gebusca dijo...

Me quedo con el comentario de offderek.

camelita bonita dijo...

Mi marido en un mal hablado, pero si lo oyeran, ¡es tan simpático! creo que hasta diría que se le escuchan de maravilla.
Mis hijas las mayores también son mal habladas y las dicen sin pena ni gloria delante de quien sea como parte de una charla de confianza. Perdón por lo que voy a decir, pero tampoco se ven ni oyen mal. Pero aclaro que saben expresarse con formalidad en donde se requiera.
Totalmente de acuerdo que es parte de nuestra cultura.

Dr. Ordóñez dijo...

Por favor, no creo que ningún mexicano no sea mal hablado, un cabrón, güey, pinche, es cosa de todos los días y los 15 de septiembre "Viva México cabrones"