¡Seguimos de vacaciones! Y por eso he tenido el tiempo para ver la tele; empecé por las noticias y ooooh! que noticias tan…. tan… horrorosas, y ese no es el mejor adjetivo, tendría que usar algo mucho más fuerte, pero no los encuentro. Dan mucho coraje, frustración, decepción, tristeza, encabr…. y más. La “neta” como dicen mis hijas, hacen que no me sienta orgullosa de ser mexicana y mucho menos de mi país.
He visto algunas series y definitivamente soy fan del Dr. House y de La ley y el orden. Me llamó mucho la atención los comerciales, la mayoría te invitan a ser bonita (y los hombres metrosexuales) y bajar de peso con una serie de cosas mágicas que te animan nada más de ver los “cuerpazos” que salen ahí. Y qué tal el comercial de una tarjeta de crédito que al final dice "….no tiene precio". Todos hacemos las cosas, llámese trabajo, para tener algo mejor (un celular, un carro, mejores escuelas, mejor ropa, etc.) y nos olvidamos de esos momentos que te dan mucha alegría, muchas satisfacciones.
“Vivimos en una época muy difícil…” (que yo me acuerde siempre estamos en una época difícil), y si se dan cuenta esta sociedad nos hace sentir que necesitamos más y más de cosas materiales. La intención oculta de dicho comercial es que lo que vale la pena son esos sofisticados placeres: un camioneta lujosa, el hotel 25 estrellas, el caviar, la botella de champagne. Pero lo que es mejor de lo mejor son las cosas sencillas que no requieren de desembolsar una lanita o una lanota. Y entonces lo subliminal del comercial es que debes seguir gastando para obtener alegrías y satisfacciones. ¿En qué quedamos entonces?
Efectivamente, a todos nos atrae el lujo. Pero los que hicieron este comercial, olvidaron que aquí en México la mayor parte de la población somos de nivel medio para abajo y no pensamos en champagne, caviar, viajes y tonterías de esas. Lo que queremos es tener para comer, satisfacer las necesidades básicas de nuestros hijos, y si sale para un gustito, pues adelante!
Después de saber lo que pasa en “nuestro querido México” se que es difícil tener otra actitud, me refiero a tener una actitud positiva, pero creo que esa es la forma de apreciar los momentos disfrutables. Hacer cosas que goces (sin gastar dinero) y hacerlas con un poco más de consciencia. Y es aquí, en estos momentos, dónde debemos estar atentos a los pequeños placeres, pues podemos hacer de un día que pareciera normal se transforme en un día excepcional. A veces el único problema es que nos complicamos demasiado. Lo importante es hacerse a la idea de que se puede disfrutar de la vida con sólo lo esencial.
He visto algunas series y definitivamente soy fan del Dr. House y de La ley y el orden. Me llamó mucho la atención los comerciales, la mayoría te invitan a ser bonita (y los hombres metrosexuales) y bajar de peso con una serie de cosas mágicas que te animan nada más de ver los “cuerpazos” que salen ahí. Y qué tal el comercial de una tarjeta de crédito que al final dice "….no tiene precio". Todos hacemos las cosas, llámese trabajo, para tener algo mejor (un celular, un carro, mejores escuelas, mejor ropa, etc.) y nos olvidamos de esos momentos que te dan mucha alegría, muchas satisfacciones.
“Vivimos en una época muy difícil…” (que yo me acuerde siempre estamos en una época difícil), y si se dan cuenta esta sociedad nos hace sentir que necesitamos más y más de cosas materiales. La intención oculta de dicho comercial es que lo que vale la pena son esos sofisticados placeres: un camioneta lujosa, el hotel 25 estrellas, el caviar, la botella de champagne. Pero lo que es mejor de lo mejor son las cosas sencillas que no requieren de desembolsar una lanita o una lanota. Y entonces lo subliminal del comercial es que debes seguir gastando para obtener alegrías y satisfacciones. ¿En qué quedamos entonces?
Efectivamente, a todos nos atrae el lujo. Pero los que hicieron este comercial, olvidaron que aquí en México la mayor parte de la población somos de nivel medio para abajo y no pensamos en champagne, caviar, viajes y tonterías de esas. Lo que queremos es tener para comer, satisfacer las necesidades básicas de nuestros hijos, y si sale para un gustito, pues adelante!
Después de saber lo que pasa en “nuestro querido México” se que es difícil tener otra actitud, me refiero a tener una actitud positiva, pero creo que esa es la forma de apreciar los momentos disfrutables. Hacer cosas que goces (sin gastar dinero) y hacerlas con un poco más de consciencia. Y es aquí, en estos momentos, dónde debemos estar atentos a los pequeños placeres, pues podemos hacer de un día que pareciera normal se transforme en un día excepcional. A veces el único problema es que nos complicamos demasiado. Lo importante es hacerse a la idea de que se puede disfrutar de la vida con sólo lo esencial.
Decía mi abuelita, “menos es más”. No lo voy a negar, yo era una víctima de la moda, amaba las compras, me gusta mi marido y los celulares, pero en estos últimos años, y sí... gracias a la crisis, he dejado varias de estas cosas de lado. He dejado de usar las tarjetas de crédito por completo (ese buró de crédito y los bufetes “quesque” de abogados son unos perros de caza) y usar menos el cel . Quizá para muchos no suenen como grandes cambios, pero eso me ha liberado y me ha dado oportunidad de buscar otras cosas que me gusta hacer.
De alguna forma me ha permitido estar menos obsesionada por tener, dando espacio a cosas que me dejan ser. Esto me ha ayudado a valorar los pequeños placeres de mi vida.
La realidad es que las cosas que nos hacen felices cuestan muy poco, el problema es que lo olvidamos fácilmente.