EL AMOR EN TIEMPOS DE INFLUENZA

¡Qué les cuento queridos tochomorochianos! Hoy regrasaron a la escuela 19 millones de niños. Y las indicaciones para todos son : No saludar de beso o mano a nadie, utilizar tapabocas, no asistir a sitios concurridos, hablar con la gente a más de 1 metro de distancia, lavarse las manos al menos cada dos horas.

¿Qué pasa? nosotros los mexicanos somos muy "apapachadores" y nos encanta que nos "apapachen", ¿qué va a suceder con nuestra mundialmente conocida calidez? conste que esto es parte de nuestra cultura.

Han sido días muy difíciles para el país, imagínense; no sólo la crisis económica, la crisis sanitaria, aunada a esto la absurda discriminación e ignorancia de muchos extranjeros y a todo esto los mexicanos también hemos sido privados de cualquier contacto físico con conocidos y extraños. No me digan que no les ha pasado que ya vemos a las personas con desconfianza, lanzamos miradas en el supermercado, en el transporte o en la oficina, preguntándonos ¿tú eres portador del virus?, ¿tu estas ocultando los síntomas bajo aquél cubre bocas?.

Para mi no importa que no conozcamos a ningún enfermo (porque han de saber que mucha gente piensa que esto es inventado por el hecho de no conocer a nadie enfermo) lo que se me hace realmente importante es que todos nos estamos contagiando de paranoia, de miedo, y la peor clase de miedo... el terror al prójimo, a su cercanía, a las muestras físicas de afecto.

Hoy la enfermedad más común del mexicano es la hipocondría, el más mínimo carraspeo te puede llevar al hospital. En estos días no hay peor descortesía que estornudar en público. No importa si lo que acaba de pasar es un camión sacando el humo más negro que la noche, o si alguien está fumando a tu lado, el estornudo tienes que guardarlo, como se esconde un pecado. México no sólo ha resentido la influenza por sus nefastas consecuencias en materia de salud y economía. México hoy tiene un déficit de amor y cariño. Ojala estos tiempos pasen, ojala haya días mejores para el amor y el cariño, ojala no nos quedemos siendo mexicanos que se comportan como alemanes o suecos o chinos o checonslovacos, ojala mañana podamos besarnos y abrazarnos de nuevo, ojala un estornudo vuelva a ser nada... un simple estornudo y poder decirnos un cálido ¡Salud!