jueves, 7 de mayo de 2009

La opinión del ingeniero Apolinar Palacios, un buen tipo que escribe con la verdad, así sea con ironía...


¡En guardia!

Nanómetro
No se molesten las adorables lectoras y/o apreciables lectores en buscar el significado de la palabreja nanómetro. Primero porque no es un medidor de nanas y segundo porque el escribidorcete ya indagó el asunto por ustedes.
Nanómetro: longitud equivalente a una milmillonésima parte de un metro o lo que es igual: a un millonésimo de milímetro. Esta magnitud la obtiene usted dividiendo un milímetro en un millón de equidistancias, cada una de ellas un nanómetro.
Ahora vuele con su imaginación y visualice la “dificultad” con la que un virus de la presunta influenza porcina cuyo tamaño se supone entre 80 y 120 nanómetros, puede pasar por un agujero microscópico, pero con holgura miles de veces más, el tamaño del susodicho virus.
¿Qué insinuamos con esto? que para los virus en general los tapabocas —comunes que los fenicios están vendiendo como pan caliente a precios incrementados por aquello de “a río revuelto ganancia de zopilotes”— tienen “bújeros” tan “difíciles” de atravesar como la “puerta grande” del penal de máxima inseguridad del cual “escapó” el Chapo Guzmán hace algunos añicos.
Eso no significa desechar por inútiles los tapabocas, pues son recursos auxiliares en otros diversos riesgos de invasiones bacterianas. Lo que no se vale es asumir que un simple tapabocas impide una infección viral y lucrar con su uso. Los tapabocas comunes deberían ser accesibles, e incluso gratuitos, en casos de emergencia.
Y si escasean, informar a la gente que un simple pañuelo, incluso un calcetín —obviamente no impregnado de ácido valeriánico vulgo “jediondo” queso negro— funciona igual dentro de ciertos límites.
Y que es imperativo además, suministrar mascarillas especiales con filtros capaces de impedir el paso al presunto virus mutante A-H1N1, al personal médico y administrativo de centros hospitalarios, por su contacto frecuente con pacientes infecciosos. Caras las mascarillas; pero ellos tienen prioridad porque si enferman ¿quién atiende a los demás?...
En cuanto a la presunta “epidemia” de influenza porcina, todavía ayer funcionarios gringos entre ellos la “temible” Janet Napolitano, deslindaban a sus marranos debido a que la psicosis colectiva y la rumorología señalan a la carne de “cuche” como vehículo infeccioso en el relajo armado por el gobierno panista.
Finalmente, para no olvidar la cuestión electorera, permítasenos una especulación —¡horrenda palabreja!—…
No importan los insultos que neuras como el “higadito” Carlos Marín, el de Milenio y Televisa, obsequian a quienes no aceptamos la versión de Jelife y sus “epidémicos” por el desaseado tratamiento oficial y mediático de la influenza porcina.
Es pregunta: ¿quién tiene poder de convocatoria, capaz de llenar el zócalo del DF con una concentración multitudinaria en apoyo de los candidatos del PT, Convergencia y perredianos antichuchos?...
Adivinó usted: el Peje AMLO. Pero Calderón decidió poner en cuarentena a las multitudes “hasta el 6 de mayo”. Y López Obrador sabe que sería un error congregar a la gente, “mediatizada” por la epidemia calderonista
Y ¿a quiénes conviene que AMLO no lleve gente del Valle de México al zócalo capitalino?
Adivinó usted: al panismo, al perredismo esquirol chuchista, a Beltrones, a Gamboa Patrón, a Peña Nieto, etcétera… ¡Salud!
apolinar_palacios@hotmail.com

Gracias mi querido y entrañable amigo Felipe Manuel Velasco C., por tu aportación tan válida como la que más, muy pronto nos estaremos viendo para revivir esas tan agradables tertulias, saludos Huitzuco, Guerrero (ni madre que de los Figueroa).
Chao Bye.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Es verdad querido irreverente, estaba yo leyendo en el diario Milenio que ¡no hay enemigo pequeño!
el virus de la influenza humana A1N1 mide entre 12 y 25 nanómetros. Esto significa que estamos hablando de un organismo de entre 0.000.000.012 y 0.000.000.025 metros. En milímetros esto se diría así: virus de entre 12 y 25 millonésimos de milímetro. ¡increible!